Su padre, Carlos Preysler Pérez de Tagle, era delegado del Banco Español de Crédito en Manila. Su madre, Beatriz Arrastia Reinares, era dueña de una agencia inmobiliaria y su familia tenía extensas plantaciones de arroz y azúcar. Es evidente que, eran una familia con dinero y recursos. De hecho, cuando Isabel tenía tan solo 20 años ya empezó a frecuentar las fiestas de la alta sociedad.
En una de estas fue donde conoció a Julio Iglesias que, según asegura Paloma Barrientos en su libro ‘Isabel Preysler, reina de corazones’, fue todo un flechazo. Barrientos cuenta que Julio, ex futbolista y ya bastante conocido como cantante, asistió a una fiesta. Fue allí donde vio por primera vez a la Preysler y, aunque en ese momento el intérprete de ‘Me Olvidé de Vivir’ estaba saliendo con Jean Harrington, quiso conocer a Isabel. Sin embargo, ella se marchó antes de conseguirlo.
Hasta que se interpuso el conocido relaciones públicas y amigo del cantante Julio Ayesa, quien hizo de celestino entre la socialité e Iglesias. Para ello, invitó a Isabel a una fiesta y fue esa noche donde intercambiaron momentos de lo más íntimos. Posteriormente triunfó el amor y en enero de 1971, ocho meses después de conocerse Isabel quedó embarazada de Julio Iglesias. Un intenso amor que terminó en un divorcio doloroso debido a que él pasaba mucho tiempo alejado de la familia.
Fue en 1978, a sus 27 años, Isabel Preysler estaba recuperada de ese fatídico episodio en su vida. Ella misma contó en las memorias que escribió para la revista 'Hola' cómo conoció a Carlos Falcó y Fernández de Córdova, marqués de Griñón y de Castel-Moncayo, con el que también formó familia en poco tiempo: en dos años ya estaban casados y a la espera de su hija Tamara Falcó. “Empecé a salir con un grupo de amigos”, contó Isabel Preysler. “Un día me invitaron a una sesión privada de la película Fiebre del Sábado Noche. Estábamos unas veinte personas y, entre ellas, Carlos Falcó, con quien coincidí poco después en una cena. No se separó de mí en toda la noche. Hablamos, entre otras cosas, del Safari Park que había montado en su finca, le comenté que a mis hijos les encantaban los animales y me invitó a visitarlo. Tuvimos tiempo de charlar largo y tendido. Descubrí que lo que más me gustaba de él era su sentido del humor, su refinada educación y su cortesía”.
Otro de los romances de Isabel comenzó en abril de 1982. Fue algo muy curioso ya que se dio frente a un plato de lentejas. Era el menú de las tertulias que organizaba la periodista Mona Jiménez con el quién es quién de la política del momento, entre ellas estaba Miguel Boyer. “Siempre había pocas mujeres en mis almuerzos”, contó Mona a Martín Bianchi en ABC. “Un día una amiga me llamó para decirme que a Isabel le apetecía venir a mis lentejas y le dije que encantada. Así conoció Isabel a Miguel. Fue un flechazo”.
“Es verdad que me fascinó Miguel”, admitió Isabel Preysler. “Al principio empezamos con un almuerzo, una cena, hablando... Me dije: ¡Qué interesante es este señor! Era muy brillante, tenía mucho sentido del humor. No fue culpa de Carlos, fue mía, qué quieres que te diga. Lo sentí muchísimo por él, pero me enamoré”. Ambos, ocultaron su historia amorosa durante un largo periodo de tiempo. Sin embargo, en marzo de 1986 Preysler y Boyer fueron fotografiados por primera vez juntos. Se casaron en enero de 1988 y tuvieron a Ana.