Isabel Pantoja recibe este nuevo zasca de Kiko Rivera
El conflicto Pantoja está cada vez más cerca de parecerse a un partido de tenis. Cuando uno ataca, el otro se defiende y viceversa. No sabemos dónde poner la vista, porque cuando no es Kiko Rivera, es Anabel Pantoja y cuando no es Anabel es Isa, eso sí, este conflicto tiene un origen común y ese es Isabel Pantoja.
La tonadillera lleva tiempo sin hablarse con su hijo pequeño. ¿El motivo? El tema de la herencia que dejó Paquirri, en la que al parecer la tonadillera no quiere ceder al Dj lo que es suyo. Un tormentoso tema que tiene a la familia más rota y distanciada que nunca. Tanto es así, que Kiko Rivera no duda en lazar pullitas a su familia cada vez que ve la oportunidad.
Recientemente, el marido de Irene Rosales escribió en su perfil personal de Instagram estas palabras: “Qué pena de familia tengo y qué avergonzado me siento de pertenecer a ella”, publicó Kiko en sus redes sociales. Por si esto fuera poco, el Dj lanzó este dardo envenenado a su progenitora: “Señorita, preocúpese primero de sus problemas y solucione lo que debe, entre otros, a la kioskera. Lo suyo, si le sobra algo, se lo puede meter a su hermano por donde le quepa. Fin de la cuestión”, declaró tajante el de Sevilla.
Es evidente que Kiko Rivera no se corta un pelo a la hora de arremeter contra su madre. Ahora, ha escrito otra publicación en la que lo ha vuelto a hacer. Ha sido en su cuenta personal de Instagram. El menor de los hijos de Paquirri ha hecho una revelación que apunta directamente a su madre, Isabel Pantoja. Y que está estrechamente vinculada con su infancia.
“37 años en el ojo del huracán a veces para bien a veces para mal”, comenzaba escribiendo Kiko Rivera acompañado de una fotografía de él cuando tan solo tenía unos días de vida. “Yo no elegí ser conocido simplemente me tocó, siempre observado y siempre vigilado. Me ha dado muchas cosas pero también me las ha quitado”, continuaba el Dj haciendo referencia a la fama que ha tenido desde que nació. Hasta aquí todo bien, pero lo que redacta a continuación nos ha dejado a todos de piedra.
El hijo de Isabel Pantoja ha reconocido que en su niñez le faltó “más amor que juguetes”. “¿He sido feliz? Sí. Aunque me faltase más amor que juguetes, sí”, ha reconocido Rivera en el post de Instagram, señalando directamente a su madre. “Hoy en día mi vida ha cambiado mucho (ya sabéis todos porque) y me sigo costando asimilar muchas cosas, pero como todas las heridas, esta también sana”, aseguraba el Dj en relación a la situación con su familia.
Sin embargo, pese a esto, Kiko Rivera cuenta con el apoyo de su mujer y sus hijas. Lo que hace que el intérprete de ‘Quítate el Top’ sea más feliz, y es por esto que redactó: “Quiero deciros con esto que aunque tenga días grises y tristes, que los tengo. Hoy, solo por hoy, quiero volver a ser ese niño que estaba con sus padres y familia, y aunque no recuerde o no supiese lo que la vida me tenía preparado, era muy feliz”.
Para terminar con esta publicación, el Dj quiso agradecer el apoyo de sus más de un millón de seguidores: “La vida continúa familia virtual, y ahora soy yo el que no debo permitir que mis hijos piensen como yo pienso hoy en día. ¡Os quiero mucho!”, con estas palabras, sentenciaba Kiko Rivera el emotivo y duro mensaje que quiso transmitir a sus fanáticos.
Otra que ha hablado de la tonadillera ha sido Isa Pantoja. La joven de 25 años, aseguró en el programa ‘La Última Cena’, que está preocupada por su madre. “Está muy mal”, confesó ante las cámaras después de que los protagonistas del programa insinuaron que iban a llamar a su madre. Además, declaró a los allí presentes que Isabel Pantoja “se enfada con todos. Yo no he hecho nada y tengo la conciencia tranquila. Es cuestión de darle tiempo”, aseguró con sinceridad la pequeña de los Pantoja.
Tras esta reflexión, solo quiso recordar lo que a su madre le gusta mucho cocinar y le daba pena porque no podía compartir este momento con ella. Y tiene razón, es toda una pena la situación tan tortuosa que viven los Pantoja. ¡Esperamos que pronto den su brazo a torcer y llegue esa esperada reconciliación!
