Todo lo que dice la hija de Cayetano Rivera, Lucía Rivera, en sus memorias

La joven habla de maltratos, trastornos, fama y vicios vividos en su adolescencia

La situación actual de la familia Rivera ya no es tan estable como era. La separación de Cayetano y Eva, el nuevo amor portugués de este, la desaparición de Fran de los medios. Todo un cóctel al que se ha unido la explosiva biografía de Lucía Rivera, hija de Cayetano. Con 24 años recién cumplidos, la joven ha decidido publicar unas memorias sobre su difícil juventud. Ya se conocía el capítulo dedicado a la familia en el que habla sobre su escasa relación con la exmujer de su padre, pero los medios, como la cadena de televisión Divinity, ya han podido analizar el resto del libro titulado ‘Nada es lo que parece’ y han podido saber la mayoría de cosas vividas por la joven Lucía.

Su encuentro con su padre biológico y la adopción de Cayetano Rivera

"Mi padre no había venido a conocerme... El villano había venido a extorsionar a mi madre y a pedirle dinero a cambio de unos vídeos de cuando era una niña y mantenían relaciones. Fue un encuentro desafortunado y me dio pena que le pasara eso a mi madre, porque yo lo había puesto como un superhéroe. Creo que a toda la gente adoptada le pasa más o menos lo mismo".

"Al poco llegó C., de quien creí que llevaba sus genes hasta que tuve siete años. Mi madre y C. se enamoraron, se casaron por todo lo alto y, cuando yo tenía dos años, él decidió adoptarme. Creo que en mi familia aquello no gustó demasiado, supongo que porque temían que pudiera llevarme con él si las cosas no salían bien. Pero así fue, me adoptó y se convirtió en mi referencia paternal".

El maltrato que sufrió y los episodios de violencia

"Los abusos-psicológicos. que sufrí en mi primera relación acabaron siendo físicos en la segunda. Ahora me paro a pensarlo, reconozco que fui la víctima perfecta, casi hecha a medida, una niña con muchos abusos interiorizados, los celos posesivos, los insultos y los refuerzos intermitentes".

"Sentía una especia de muerte dentro de mí, tenía moratones hasta en las orejas y no, nunca se me pasó por la cabeza tomar medidas legales".

Su dura relación con su cuerpo y los trastornos que vivió

"Desde pequeña sufrí un complejo horrible por mi cuerpo. Me ponía un pantalón sobre otro para engañar y fingir más culo. Me obligaba a comer para engordar, tener curvas y sentirme sexy como las demás, porque mi delgadez era objeto de burla".

"Apenas comía y, cuando ya no podía soportar el hambre, engullía comida basura o arrasaba con la nevera. Después me ponía una faja y hacía deporte horas, con culpabilidad, para quemarlo".

Su contacto con la fama desde la niñez

"Ser 'hija de' puede ser una suerte y una carga al mismo tiempo, sobre todo si sigues los pasos de uno de tus progenitores y eres reconocida. No solo parece que eres un enchufado, sino que además debes demostrar que eres capaz de hacerlo todo perfecto. He dejado de hacer muchas cosas porque, ante el alto porcentaje que existe de que algo salga mal, temo el juicio y el disgusto de quienes me observan y esperan el momento de despellejarme".